Cadmio en el marisco

Escribo unas líneas al respecto de varias noticias que han salido estos días atrás con titulares bastante alarmantes, que informaban sobre el riesgo que supone chupar cabezas de gambas. Toda la cadena informativa empezó con ese típico titular utilizando el miedo y además, basándose en una noticia de 2011. Esas cosas que pasan…Sin embargo, la noticia en sí es verdadera, pues en febrero de ese año la Comisión Europea publicaba una nota informativa sobre la necesidad de informar en los países consumidores de vísceras de crustáceos, que se limitase su consumo, porque la cantidad de cadmio en estas partes, alojadas en la cabeza o en el interior del caparazón, pueden multiplicar por cuatro o más el contenido de cadmio en comparación con la carne que proviene de apéndices o abdomen.

El cadmio es un metal pesado que se encuentra de manera natural en el medio ambiente y por lo tanto en el suelo de cultivo, en el agua y en el aire, pero que por la actividad humana aumenta sus niveles. Por ejemplo, en los años 60, la producción de metales no ferrosos provocó mayores emisiones de cadmio a la atmósfera, que actualmente son cinco veces menores. Los fertilizantes fosfatados también aportan cadmio al suelo agrícola, transmitiéndose al alimento, sin embargo hay que señalar, que desde los años 80 hasta el año 2010, su uso ha descendido a menos de la mitad.

El cadmio resulta tóxico para la salud y provoca daños renales, a nivel hepático y óseo cuando se consume por encima de ciertos límites. Actualmente, a nivel europeo, se ha situado un límite en 2.5 microgramos de cadmio por kilogramo de peso corporal y semana (μg Cd/kg/semana) y no supone ningún riesgo para la salud. El nivel que provoca cambios en el funcionamiento renal, sin provocar daños se sitúa en 7 μg Cd/kg/semana.
Según los datos recabados entre los años 2000 y 2007, en España, un adulto consumía de media 2,03 μg Cd/kg/semana, sin embargo, los niños sí superaron la recomendación de los 2.5 μg, con 3.15 μg Cd/kg/semana. Otro dato es, que los vegetarianos son el grupo poblacional que consume las cantidades más altas de este metal pesado, por encima de las recomendaciones, al ser los cereales, los vegetales, frutos secos y legumbres junto con los despojos y derivados (en ese orden) los alimentos que más cadmio aportan a nuestra dieta.

Como conclusión: el consumo esporádico de alguna cabeza
de gamba no resulta un problema para la salud, pero sí puede serlo si lo hacemos de forma habitual, porque hay otras fuentes de cadmio en nuestra alimentación, todo suma y es importante que sepamos lo que comemos.

En este caso creo, a nivel personal, que los cambios deben ser tanto a nivel individual (no chupar cabezas de gambas), como por parte de las autoridades, que deberían hacer un esfuerzo mayor para que los alimentos que tomamos tengan unos niveles más bajos de, en este caso, cadmio. Y para que no surja ninguna duda, los niveles que ingerimos siguen siendo seguros, aunque estén algo por encima de la recomendación (en los casos puntuales).

 

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Kamila Sotolova

Kamila Sotolova es una reconocida Dietista-Nutricionista con número de colegiada AND-00989, graduada universitaria en Nutrición y Dietética Humana, experta universitaria en Nutrigenómica Deportiva y experta en Coaching Nutricional. Entre su amplia formación, destacan sus cursos de nutrición para el Síndrome del Intestino Irritable, patologías intestinales, tratamiento dietético-nutricional individual y grupal en trastornos de la conducta alimentaria, y evidencias en el manejo de la nutrición en el embarazo

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